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PASE A SER UN ARTÍCULO FRIKIPÉDICO La información contenida en este artículo es una mínima parte de su jugo total, así que ponte los guantes, saca el tupperwere y empieza a exprimir el tema. Si lo haces serás recompensado con una galleta en almíbar y algo más. |
De la serie furbolistas de ayer y de hoy: | |||
Ángel di María | |||
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Nacimiento | 2 de abril de 1986 | ||
Nacionalidad | Arenquino-Mafiosoitaliano | ||
Demarcación | Extrem | ||
Club actual | Man. Yunayted | ||
Goles |
Depende de cuantos le quiera regalar Valdés. | ||
Año de debut | 2005 | ||
Club de debut | Rosario Central | ||
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«Mira que yo soy feo, pero es que Di María abusa.»
~ IP anónima hablando de Di María.
«Las orejas grandes son un signo de inteligencia.»
~ Di María recordando una frase de la película Dumbo en mitad de una rueda de prensa.
«Escucha ahora la canción de mi vida y como el destino cambió mi movida. Sin comerlo ni beberlo llegué a ser el piscinero de un Club llamado Madrid.»
~ Will Smith en el opening de El Príncipe Di María.
«Le vi la cara y me asuste, pero cuando vi sus dientes me cagué aun más. Entonces pensé ¿la gente me verá así? Y me operé los dientes.»
~ Ronaldinho hablando de la primera vez que vio a Di María.
Ángel Di María es un futbolista argentino más feo que ver a Carlos Tévez en calzoncillos. Hay rumores de que es el gemelo malvado de Sébastien Buemi. Debutó en el mundo del fútbol profesional en 2005, en Rosario Central y duró en la plantilla lo que tardó el club en necesitar dinero. Lo vendieron al Benfica, para no tener que verlo más, quienes, a su vez, se lo endilgaron al Real Mandril. Se rumorea que el comité de arbitraje le va a regalar una piscina con trampolín y todo para que no se tire a la piscina en los partidos.
Angelito era un niño alegre y feliz con sus amigos del colegio hasta que le empezaron a salir los dientes. Por si esto no fuese suficiente, el joven Di María era un penoso alumno y cada vez que hacía mal los ejercicios los profesores le pegaban un tirón de orejas.
En poco tiempo Ángel Di María se había convertido en un adefesio que espantaba a sus compañeros, por lo que empezaron a darle la espalda y no le dejaban jugar al fútbol con ellos en el recreo.
Pero el fútbol era la auténtica pasión del argentino. El puto crío chaval, además era hiperactivo y no paraba quieto, necesitando una pelota entre las piernas para vivir; se pasaba las tardes, solo, jugando con una pelota hasta que un día sus padres lo apuntaron en un club de fútbol; el Torito, dirigido por El Fary.
Se convirtió en portero indiscutible. Con sus grandes orejas cubría toda la portería y su sonrisa impactante dificultaba a los delanteros poder mirar hacia la portería y por consiguiente apuntar antes de chutar.
El futuro como guardameta de Di María era prometedor, pero a él no le gustaba porque tenía que reprimir su hiperactividad y estar quieto cuando a él le gustaba correr por las bandas, correr, correr y correr.
Un día no se aguantó más y, jugando de portero, cogió el balón y se regateó a todos los contrarios y marcó gol, así 8 veces.
Los ojeadores del Rosario Central decidieron ficharlo.
A Di María le costó mucho adaptarse. Sus compañeros esperaban a que el saliese de los vestuarios antes de entrar y en los entrenamientos pocas veces se atrevían a pasarse a él, como mucho pases al hueco; eso fomentó su juego por la banda. En años posteriores se convirtió en un puntal importante del equipo a la hora de marcar lo que fomentó el interés de equipos como el Rubin Kazán, el Faranduleños Fc, el Yokohama Marinos, y el Benfica. Aunque jugaba bien, creaba muchos problemas porque cuando alguien le gritaba “Di María” se creaba un caos y todos empezaban a gritarse “María” entre ellos.Por suerte no jugaban con Maradona. Así que, bueno, lo vendieron al Benfica en 2007.
A Di María le costó mucho llegar al equipo porque la primera vez que entró en el estadio se quedó confundido pensando que era un mercadillo de toallas. Y cuando se vio rodeado de gente con bigote y águilas cruzando en campo hasta la cima del escudo pensó que estaba en un circo ruso. Pero estas extrañezas le hicieron sentirse más cómodo y menos acomplejado. En su presentación lo introdujeron como el substituto de Simão, el ex capitán. Y fue gracioso porque se pasó la ostia de tiempo en el banquillo sin jugar. Pero Di María era feliz. Cuando el técnico empezó a confiar en él, Ángel desató toda su calidad y correspondió. Empezó a ganarse la titularidad y a demostrar lo buen jugador que era. En los entrenamientos se esforzaba como el que más y después de ellos se daba un chapuzón en las playas de Lisboa. Estaba a tope y como consecuencia debutó en la selección argentina. Aún es más, estaba tan bien que, a pesar de ampliar su contrato por 5 años, Tito Floren sacó el talonario y se lo llevó al Madrid.
Di maría llegó al Madrid de Mourinho tras la Copa del Mundo de Sudáfrica y, tras su primer año en el equipo, fue nombrado la mejor incorporación del Madrid de ese año. Y no es para menos después de marcarle su primer gol al Hércules, marcar su primer gol en el Bernabeu ante el Peñarol y provocar su primera expulsión en la final de la Copa del Rey contra el Barcelona.
Su integración en el equipo fue buena, pero podría haber sido mejor. Di María echaba de menos las playas portuguesas en una ciudad, Madrid, donde no hay. Es por eso que mandó construir en su casa una piscina de 1 hectárea (un campo de fútbol) y con las paredes de la piscina de color verdoso para que el agua fuese más semejante a la del mar.
Durante los partidos que jugaba, se conoce que le daban ataques de nostalgia y, con las similares dimensiones y color del terreno de juego con su piscina, se zambullía de cabeza. Esto lo hizo mucho más famoso, incluso más que sus orejas.
Y esto siguió siendo su seña de identidad en los siguientes años, con algún altibajo debido a lesiones y demás. Pero siempre, siempre, tirándose a la piscina, siguiendo el ejemplo de Sergio Busquets, rival, pero también una fuente de inspiración. Y hasta marcó tendencia dentro del club; Pepe, Ramos, Adebayor, CR7… siguieron sus pasos en algunos partidos. Aunque eso sí, vamos a dejar las cosas claras. Por mucho que fingiese contra el Barcelona el siempre marca, o asiste, o llora, ose cabrea con el árbitro, o roba el balón, o no juega. Pero él siempre. Él siempre.
Su primera aparición en la selección absoluta fue en los juegos olímpicos de 2008, aunque mucha gente no se dio cuenta porque solo se fijaban en Messi para alabarlo o criticarlo. Es por eso que nadie sabe cómo ganaron la medalla de oro; porque nadie vio los goles de Di María.
Y esto fue algo que sentó mal al argentino.
En el mundial de 2010, con Maradona de entrenador, es cierto que Di María era más conocido a nivel mundial, pero a las ganas de criticar a Messi se sumaron las extravagancias del primer dios del fútbol, y volvió a pasar completamente desapercibido para todos.
Y esto fue algo que le sentó de maravilla porque no hizo una mierda estuvo acertado en todo el mundial.
En la Copa América 2011 casi ni jugó, pero no creemos que fuese por su rendimiento en el mundial ya que, recordemos, nadie lo vio.
Lo último que sabemos de su actuación en la selección fue un Italia – Argentina que se disputó en homenaje al Papa Paco, tras el cual le suplicó el milagro de un rostro nuevo.
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